Eurocopa Femenil 2025 con triunfo inglés

El fútbol femenino ya no solo gana títulos, también gana terreno como referente económico.

Por: Mafer Gómez Sports
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Algo más que una copa estaba en juego. El pasado 27 de julio, millones de personas siguieron la final de la Eurocopa Femenil 2025. Inglaterra y España ofrecieron un duelo épico en Basilea, Suiza, que no solo coronó a unas campeonas, también expuso la nueva potencia económica del fútbol femenino, toda una realidad.

El partido terminó 1‑1 tras 120 minutos intensos. Mariona Caldentey adelantó a España con un cabezazo certero; Alessia Russo empató para Inglaterra en la segunda mitad. La tensión se mantuvo hasta los penales. Fue entonces cuando la portera Hannah Hampton se convirtió en heroína, atajando dos disparos que sellaron el 3‑1 final.

Con esta victoria, Inglaterra se consagró bicampeona continental, tras su título de 2022. Más allá del trofeo, la recompensa fue tangible: la UEFA destinó 16 millones de euros al torneo, de los cuales 2.5 millones fueron para las Lionesses, según datos oficiales. Una cifra récord, aunque aún lejana a la rama varonil.

Además, el torneo representó una inyección económica clave para Suiza. Con una inversión superior a los 100 millones de euros en organización e infraestructura, se estima que la Euro femenina generó cerca de 275 millones en retorno económico, según la Asociación Suiza de Fútbol y Deloitte Sports.

Los derechos de transmisión también marcaron un antes y un después. BBC One lideró con 16.2 millones de espectadores solo en Reino Unido, convirtiéndose en el evento televisivo más visto del año en esa región. Las cifras impulsan el valor comercial de las selecciones, clubes y marcas asociadas al fútbol femenino.

La entrenadora Sarina Wiegman, con tres títulos europeos consecutivos en su carrera, ahora es considerada una de las figuras más influyentes del deporte. Empresas como Nike, Visa y Barclays han renovado o ampliado sus patrocinios tras este torneo, apostando por la proyección global de las jugadoras.

Así, lo que inició como un partido terminó siendo una muestra de lo que está cambiando en la industria del deporte. El fútbol femenino ya no es solo una causa, es un negocio rentable, con audiencias fieles, inversión seria y talento en expansión. Y quizás, también, el futuro más brillante del fútbol femeninl mundial.

La emoción de la victoria: